En función de las distintas fuentes disponibles, la inflación estimada en Venezuela, para al año 2013, será entre 40% y 50%. Definitivamente será una de las inflaciones más altas del mundo lo que requerirá que las empresas tomen precauciones para no verse afectadas de forma negativa.
En un ambiente de alta inflación, la mayor preocupación de una empresa debe ser la protección del valor del “Capital de Trabajo” entendido como: (1) la caja, (2) las cuentas por cobrar, y (3) el inventario. Estos tres elementos van perdiendo valor en la medida que se enfrentan al efecto inflacionario. Con una inflación aproximada del 45%, estamos hablando de una pérdida de casi 5% mensual. Protegerse de esta pérdida requiere tomar las siguientes precauciones:
Optimizar el nivel de caja
La caja corresponde al dinero en las cuentas bancarias. Mantener este dinero en las cuentas corrientes genera una pérdida en la capacidad de compra del 5% mensual. La clave es mantener el mínimo nivel de caja en las cuentas corrientes para garantizar la continuidad operativa y mover cualquier excedente a otras inversiones. Estas inversiones se pueden hacer en instrumentos financieros, como certificados de depósito en bancos, o en materia prima, entendiendo que los precios de las mismas están sujetos a las mismas presiones inflacionarias.
Cobrar más rápido y con mayor control
Las cuentas por cobrar son dinero de la empresa que todavía no está en sus manos. Este dinero en manos de los clientes genera el mismo 5% de pérdida mensual en la capacidad de compra. La clave es cobrar más rápido y con mayor control para aumentar la posición de caja de la empresa y protegerse contra el efecto de la inflación. Nuestra herramienta, nimbox, ofrece un método que permite acelerar la cobranza.
Fijar las precios del inventario en función del costo de reposición
El inventario son los bienes que la empresa tiene para vender. El principal efecto de la inflación es que el costo de reposición de estos bienes, o de la materia prima necesaria para fabricarlos, va también aumentado de forma progresiva. La clave es ajustar los precios de venta cuando el costo de reposición suba, o cuando se sospeche que va a subir. De esta forma se garantiza que el inventario siempre se puede reponer con los ingresos generados con las ventas de los bienes.
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